domingo, 22 de junio de 2014

LA BARBACOA

Este domingo íbamos a la casa del monte en Ucieda (véanse entradas anteriores como La Ruta de los Puentes o Los 10.000 del Soplao) para llevar a cabo una barbacoa, con motivo del 33 cumpleaños de nuestra amiga Carlota.
Era nuestro tercer intento del año, las previsiones metereológicas no eran de lo más halagüeñas, pero allí aparecimos a eso de las 13 horas con la intención de darnos una buena comilona.
Los anfitriones habían llegado con tempranera, escogiendo el mejor lugar, que nos ofrecía el calor del solecito pero acompañado de una buena sombra. A nuestra llegada prácticamente todas las viandas estaban desplegadas, solo faltaba comenzar la recolección de leña por el bosque. Expedición dirigida por nuestro gran Chef Flipi y su segundo de abordo Isma, de la cual tras cuarto de hora aproximadamente se volvía a la base, y alguno no había recogido ni siquiera un triste palo.

Lo mismo me hago una caldereta que una maratón
Había hambre, así que mientras se iba preparando el fuego dábamos cuenta de cacahuetes, patatas fritas y aceitunas. Como se suele decir, Todo lo bueno se hace esperar, y por fin llegaron las primeras costillas, que dicho sea de paso, estaban estupendas.

A la brasa siempre mejor
 Pero la leña se apagaba, así que tuvimos que ir a la gasolinera para coger un poco de carbón. Lo bueno es que al volver las brasas se habían reactivado y ya estaban hechos los pinchos morunos, muy sabrosos y bien cocinados, que daban pie en mi opinión a lo más rico de la tarde, unos chorizos criollos que hicieron las delicias de los presentes, incluso del pequeño Yoda, que relamía las hojas de hierba por donde chorreaba la grasaza.
Posteriormente llegaba el momento bluff, brochetas de verdura... Si la verdura no se caza! Verdura y barbacoa es un oxímoron en toda regla, como si dijera que mientras comía el chorizo criollo vivía un instante eterno.
Después vino un clásico que no puede faltar en toda parrillada que se precie, una buena hamburguesa. Y para rematar, una brocheta de maíz.
Pero eso no era todo, una tarta de 3 chocolates, con tres velas encendidas, para que la homenajeada pudiera pedir un deseo y soplar cerraba nuestra comilona. Tarta exquisita, no por que la hubiera hecho yo, sino, porque es digna de mención. Hasta la más pequeña de nuestro grupo, Silvia, podría dar fe de ello si pudiera hablar.
Al rato nos fuimos al bar de la campa a tomar café y helado y poner fin a una magnifica jornada.

Ya estoy preparado!

7 comentarios:

  1. "Lo mismo me hago una caldereta que una maratón..." : ) MUY BUENO!!!

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  2. Hail to the chef!������ Gracias a tod@s por venir, el año que viene repetimos! ��

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  3. Gran barbacoa, gran día y gran entrada

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  4. Y encima acabó de pillar como va lo de poner comentarios, q torpe!!!! Moni

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  5. Si eso lo ve Chicote os cierra la cocina

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  6. Gran comilona, habra que repetir y hacer los espetos

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